Page 47 - Un paseo por el espacio
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RADIACIÓN
El entorno de trabajo de un satélite es un lugar en el que, básicamente, reinan el vacío y la ingravidez. Son condiciones que no son un gran problema para él, puesto que es capaz de funcionar en ese ambiente, pero, en cambio, otras amenazas acechan, y una de las peores es, sin duda, la radiación.
La radiación espacial tiene diversos orígenes y el primero se encuentra en los cinturones de
Van Allen. Gracias al campo magnético de la Tierra, que actúa como un escudo, estamos protegidos de los ataques procedentes
del Sol; sólo una pequeña parte de
su radiación se escurre sobre los polos, dando lugar a las bellas auroras. El
resto se desvía o queda atrapado en el campo magnético, y ello forma
los invisibles cinturones de
Van Allen. Cuando un satélite los atraviesa, puede sufrir graves daños.
El Sol provoca también fenómenos como las tormentas solares, grandes llamaradas visibles desde los telescopios terrestres, que lanzan partículas de alta energía que, al dirigirse hacia la Tierra, pueden alterar el comportamiento de un satélite, incluso variar su órbita. Los rayos cósmicos, que
proceden del espacio exterior, pueden tener un efecto semejante. Para evitar que todos estos fenómenos afecten al funcionamiento de los satélites, éstos se diseñan y construyen resistentes a la radiación.
OTRAS AGRESIONES
Los satélites pueden sufrir descargas eléctricas a medida que surcan el espacio, ya que acumulan electrones (la electricidad noessinounflujoconstante de estas partículas) en su superficie. Estas descargas pueden ser de hasta 20.000 voltios, capaces de vaporizar elementos metálicos y componentes electrónicos. Es decir,
suficiente para inutilizar el satélite.
El vacío puede influir también; algunos materiales que se comportan bien en la Tierra sufren una paulatina degradación o evaporación en ausencia de presión atmosférica, lo que puede ocasionar el mal
funcionamiento de los sistemas de los satélites.
Además, el espacio está lleno de meteoroides, como meteoritos de tamaños diversos, partículas de hielo, polvo... A ello podemos añadir cohetes
agotados y fragmentos de vehículos que explotaron. Sus dimensiones varían, desde piezas del tamaño de todo un satélite inactivo hasta una simple partícula
de pintura.
sE calcula quE ExistEn más
dE 650.000 FraGmEntos dE más dE 1 cm dE diámEtro, y 150 millonEs dE más dE 1 mm, orbitando la tiErra
¿DÓNDE...? 03
COMISIóN
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