Page 73 - Un paseo por el espacio
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de profesion: astronauta
Para los primeros astronautas, volar a bordo de un vehículo espacial requería no sólo un entre- namiento intensivo, sino también unas condiciones
que acercaban a los viajeros a la categoría de su- perhombres. Bien preparados física e intelectual- mente, debían ser personas equilibradas, capaces de reaccionar ante la adversidad, y estar dispuestos a sacrificar una buena parte de su vida personal y familiar en favor de los objetivos buscados. Ésta es una de las razones por las que los primeros viajeros
espaciales, tanto ameri- canos como soviéticos, fueron seleccionados
de entre los grupos de pilotos de prue- bas que abunda- ban en los años
cincuenta.
Los requerimien- tos físicos no son tan exigentes en la actuali- dad, pero los candidatos a astronauta siguen siendo personas extraordinariamen-
te hábiles en su profesión y, sobre todo, especializadas. En Estados Unidos, por ejem-
plo, existen los pilotos “que manejarán la nave es- pacial” y los espe- cialistas de misión
“entrenados para realizar trabajos específicos en el vehículo, como los experimentos o las salidas al ex- terior”. Para ser astronauta piloto hay que poseer una carrera universitaria y mil horas de vuelo en aviones a reacción. Muchos de ellos son militares. Además, deben superar una prueba de aptitud física similar a la que pasan los pilotos de aviación. En- tre otras limitaciones, destacan la altura, la vista y la presión sanguínea. Los especialistas de misión, por su parte, no necesitan experiencia de vuelo y sus condiciones físicas no son tan estrictas. En cuanto a la edad, dado el largo período de entrenamiento pre- vio (al menos 5 años), se recomienda no tener más de 38 años.
Ha habido astronautas que han volado con una edad de más de 60 años y otros que han batido ré- cords: Valeri Poliakov acumuló casi 438 días en una sola misión, Sergei Krikalev permaneció en el es- pacio un total de 803 días (a lo largo de seis viajes) y Franklin Chang-Díaz y Jerry Ross efectuaron siete vuelos cada uno.
La aventura espacial no está exenta de riesgos. Varios han sido los astronautas que han muerto, ya sea entrenándose en tierra o durante un vuelo. Recordemos los accidentes de los transbordadores espaciales Challenger o Columbia. Su dolorosa pér- dida, sin embargo, nunca cae en saco roto. Las des- gracias servirán para identificar los puntos débiles del sistema y eliminarlos para evitar que nada pare- cido vuelva a ocurrir jamás.
¿QUIÉN...? 05
COMISIóN
proespacio
de TEDAE
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